El repunte sin precedentes del bitcoin llevará a la criptomoneda a un precio de 500.000 dólares —unos 482.000 euros al tipo de cambio actual— a finales de 2028, según Standard Chartered.
Existen dos razones que podrían darle la razón a la ambiciosa previsión del banco británico: el hecho de que exista un acceso más fácil para los inversores y de que se establezca una menor volatilidad.
El analista Geoff Kendrick señalaba en una de las notas que ha enviado a sus inversores que estos dos factores aumentarán el precio del bitcoin en unos 100.000 dólares cada año (96.000 euros), antes de que las ganancias se estabilicen en 2029.
Aun así, la perspectiva de 500.000 dólares implicaría un aumento del 407% con respecto al precio actual del token —que está por debajo de los 100.000 dólares que consiguió en diciembre de 2024—.
"Aunque el corto plazo sigue siendo inestable para el bitcoin, el largo plazo se está aclarando día a día", asegura el jefe global de investigación de activos digitales en su comentario adjunto.
"El acceso mejorará bajo la Administración Trump. Las entradas institucionales seguirán acelerándose. Y el volumen bajará gradualmente a medida que mejore la calidad de los flujos y se amplíen otras infraestructuras (por ejemplo, los mercados de opciones)".
La reputación de la criptomoneda como refugio seguro y cobertura contra la inflación la está convirtiendo en una opción especialmente popular entre los inversores tradicionales y está consolidando su papel en Wall Street, según Kendrick, que ha hecho una mención especial a los ETF de bitcoin al contado, que salieron al mercado el año pasado y que hasta ahora han obtenido 39.000 millones de dólares —37.500 millones de euros— en flujos de entrada.
Con un acceso que probablemente siga mejorando con motivo de los esfuerzos favorables a las criptomonedas de la Administración Trump, el mercado de ETF en maduración puede establecer paralelismos con el éxito de los productos de oro negociados en bolsa en 2004.
"Los precios del oro en Estados Unidos se multiplicaron por 4,3 a medida que el mercado de ETP maduraba desde noviembre de 2004 hasta septiembre de 2011", explica Kendrick.
"Creemos que es probable que se produzca un aumento similar en los ETF de BTC a medida que ese mercado madure, lo que esperamos que ocurra en un período mucho más corto de dos años que el plazo de siete años de los ETP de oro", añade, alegando además que ese factor haría que el bitcoin llegase hasta los 200.000 dólares a finales de 2025.
Los ETP de oro podrían haberle enseñado ya otra lección al incipiente mercado del bitcoin: la volatilidad de los activos está destinada a disminuir.
Al igual que ocurrió con el metal precioso, la volatilidad del bitcoin debería mejorar a medida que los ETF proporcionen al mercado flujos más estables. El jefe global de investigación de activos digitales de Standard Chartered también espera que el desarrollo de otras funciones del mercado, como la negociación de opciones, introduzca con el tiempo niveles de volatilidad más bajos.
"De hecho, en términos de la combinación de flujos, todo el mercado de activos digitales, incluido el bitcoin, está poco desarrollado en comparación con los mercados financieros tradicionales", argumenta. "Esto debería cambiar con el tiempo, permitiendo que la volatilidad se reduzca".
No cabe duda de que la decepción por la falta de actualizaciones de la política estadounidense con respecto al bitcoin en enero interrumpió el impulso del repunte del precio de la criptomoneda, pero el analista de la entidad financiera británica ha dado a entender ahora que parece que por fin ha aparecido una señal positiva para el mercado.
Este mismo miércoles, el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años cayó por debajo del 4,50%, lo que posiblemente indique que los inversores están cada vez más nerviosos por el crecimiento de EEUU en medio del reciente enfrentamiento arancelario de Trump, un factor macroeconómico que sería positivo para el bitcoin.
"La cuestión aquí es que la acción del precio (menores rendimientos a largo plazo) me dice que, incluso si obtenemos más aranceles (aranceles de la Unión Europea o aranceles más altos de China, por ejemplo), la narrativa del miedo al crecimiento va a ganar. Así que, o no surgen más problemas arancelarios (y, por tanto, las expectativas de inflación pueden bajar), o aparecen más aranceles y más miedo al crecimiento. Todos ganan", advierte Kendrick.